Pues poco más que decir; despues del gran bingo popular (El jamón no pudo ser...) cenamos como coroneles con la cuadrilla del pueblo justito enfrente del frontón donde tocábamos.
Ya en el concierto hubo un ambiente cojonudo y nos entendimos a la perfección con los compañeros del cuarto verde.
Como final apoteósico del concierto subieron algunos espontáneos a entonar el "alabaré a mi señor"
Que mas se puede pedir?
Nuestro agradecimiento a Labuela por la invitación.
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